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Primer conversatorio: ¿Se produjeron muy rápido las vacunas?

Segundo conversatorio: ¿Cuál es la mejor vacuna?

Tercer conversatorio: ¿Por qué hay que vacunarnos?

Seamos inmunes a la desinformación

Preguntas Frecuentes

Aunque las vacunas que están en este momento puedan tener algunas diferencias en eficacia, esto no indica que una sea mejor que la otra. Todas cumplen con una eficacia por encima del 50% y cubren en cerca de un 100% contra las formas graves y severas como el ingresar a cuidados intensivos o incluso la muerte.

Por lo tanto, estando frente a un virus que está en circulación, lo mejor es vacunarse lo antes posible y no aplazar la decisión esperando que llegue otra vacuna que se considere que sea mejor. Tenemos a disposición de la población diferentes opciones de plataformas de vacunas como las de ARN, adenovirus y virus inactivados. Sin embargo, la decisión debe ser vacunarse con la que tengamos acceso. La mejor vacuna es la que llegue primero a mi brazo.

En Colombia se ha tomado la decisión de que, en este caso, la vacunación ocurra 90 días después del momento en que la persona fue diagnosticada, debido a que en estos 3 primeros meses la persona está siendo protegida por los anticuerpos que fueron generados a raíz de la enfermedad.

Sin embargo, existen algunas excepciones en las que el tiempo de protección puede ser más corto, como por ejemplo en personas que estén pasando por alguna enfermedad o tratamiento que produzca una disminución de sus defensas o personas mayores de 60 años. En este caso, el intervalo debe ser de solo 30 días.

Aunque ya se esté vacunado, hay que seguir manteniendo todas las medidas de bioseguridad. Las vacunas no son 100% infalibles y en Colombia, como en muchas partes del mundo, el virus aún está circulando y pese a que las vacunas disminuyen la transmisión del virus, no lo evita por completo, por lo que una persona vacunada podría contagiarse, ser asintomático y transmitir el virus a alguien más. En este sentido, el tapabocas y las demás medidas son imprescindibles para cortar la cadena de contagios.

Las personas no deben angustiarse ni dejar de aplicarse la segunda dosis por haber tenido algunos días de retraso. Aunque los intervalos entre las dosis dependen de cada tipo de vacuna y las recomendaciones se han hecho con base a los resultados de los estudios clínicos, con el tiempo se ha demostrado que entre más se separen las dosis el efecto puede ser mejor. Por ello, en nuestro esquema de vacunación lo hemos puesto a 28 días. Sin embargo, si ocurren complicaciones, este puede oscilar entre los 28 y los 56 días. Los intervalos de tiempo en este momento tienen una característica importante y es la flexibilidad.

Para la mayoría de las vacunas se ha demostrado su efectividad sin importar la mutación del virus como es el caso de las vacunas con plataforma de ARN. En casos específicos como con las vacunas de tipo de adenovirus, es debido señalar que ocurre una disminución de la efectividad frente a la cepa sudafricana. Sin embargo, en todos los casos, todas las vacunas mantienen cerca del 100% de efectividad frente a las formas graves y severas del virus. Además, hay que tener en cuenta que, aunque ha ocurrido un gran desarrollo, aún ha pasado poco tiempo para la recolección de datos y este tipo de información es muy dinámica.

Esto no es posible. En el caso de las vacunas de tipo ARN que son las que suelen incentivar esta teoría, es necesario aclarar que, al ser biológicamente distintos y al nunca entrar en contacto con el núcleo del ADN, es imposible que el ARN mensajero se mezcle y modifique nuestro material genético.

Este mito no tiene ningún fundamento biológico y nace en la creencia de que las vacunas se han producido para acabar la población. La vacuna en ningún caso va a producir esterilidad, por el contrario, salva vidas.

No se recomienda que las dosis sean de tipos de vacunas diferentes. Hasta el momento, no se ha demostrado que no exista riesgo al mezclarlas y aunque se ha planteado, aún es una hipótesis y permanece en fase de estudio.

La contraindicación absoluta que tenemos en este momento para las vacunas es que la persona haya experimentado alguna vez algún tipo de alergia severa confirmada a uno de los componentes de las vacunas. Como generalmente no es fácil saberlo, pero sí solemos conocer que somos alérgicos a algunos otros componentes más comunes, debo avisarle al grupo vacunador para que esté pendiente.

Esta es una de las razones por las que, por ejemplo, en Colombia, las personas deben permanecer en el sitio de aplicación por lo menos 30 minutos más después de haberse suministrado la dosis pues, la mayoría de las veces, los efectos adversos suelen presentarse durante este tiempo.   

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