Mesa 2: Aspectos Financieros - Flujo de recursos, valoración de Tecnologías (05.03.24) 05 de marzo

Si bien existen grandes logros en el sistema de salud persisten algunos retos, entre los que está la sostenibilidad financiera del sistema de salud y el seguimiento a los resultados en salud, los cuales requieren de prontas y adecuadas medidas.

Hemos evidenciado problemas en la gestión de los recursos por lo que resulta determinante encontrar soluciones para garantizar el “hoy” y la sostenibilidad a largo plazo del sistema de salud.

En el caso de los presupuestos máximos, durante los primeros 6 meses del año 2023 se habían girado cerca del 90% de los recursos presupuestados, y en el segundo semestre, seguramente por el mal calculo que se había realizado, los pagos se retrasaron.

A la fecha están pendientes los pagos de diciembre de 2023 y el primer trimestre de 2024. Estos pagos deben realizarse durante los primeros 15 días del mes.

En el caso de los presupuestos máximos, durante los primeros 6 meses del año 2023 se habían girado cerca del 90% de los recursos presupuestados, y en el segundo semestre, seguramente por el mal calculo que se había realizado, los pagos se retrasaron, y a la fecha están pendientes los pagos de diciembre de 2023 y el primer trimestre de 2024. Estos pagos deben realizarse durante los primeros 15 días del mes.

Esta situación plantea no solo la necesidad de buscar un mecanismo que garantice los pagos de manera oportuna sino la necesidad de revisar la forma de calcular estos presupuestos. Es importante recordar que de este presupuesto se reconocen servicios complementarios, tratamientos para enfermedades huérfanas y las nuevas tecnologías que llegue al país.

De acuerdo con un estudio adelantado por ANIF para este año se requería un ajuste de mínimo el 10,6%, sin embargo, el presupuesto se redujo a menos de 1 billón de pesos, y aún no hay claridad respecto a los ajustes que se adelantaran. Pero tampoco se puede perder de vista los retos que tiene la UPC. Después de la pandemia se generó un desfase, por los cambios derivados de las frecuencias de uso, los incrementos asociados a los costos, y a los precios para la prestación de los servicios. A esto también se le sumaron los cambios en los patrones epidemiológicos de la población. Además, nunca se realizó un ajuste en la UPC para los pacientes trasladados, aumentando la carga epidemiológica a ciertas EPS.

La insuficiencia de la UPC puede generar barreras de acceso para los pacientes en las tecnologías y servicios que se cubren con esta prima. El mismo estudio de ANIF señala que el ajuste para 2024 debió ser del 15% para iniciar un proceso de ajuste en el mediano plazo. Sin embargo, el ajuste fue del 12%, donde el 10,48% corresponde al ajuste del IPC, y se adicionó un nuevo gasto con cargo a esta prima, que es reconocer un 5% para la conformación de los equipos básicos de salud (Resolución 2364 de 2023). Esto hace que en términos reales la UPC decrezca entre 3% y 5%.

Para evitar que se acumulen desfases hacia el futuro de la UPC, se debe realizar una evaluación ex-post según los indicadores que se observaron durante el año. Es fundamental que dentro de estos indicadores se incluya la revisión de pronósticos sobre variables macroeconómicas, pero también indicadores de utilización de los servicios.

Frente a este escenario, la adopción de la innovación debe ser parte de la estrategia de salud de nuestro país, en lugar de ser considerada como una presión financiera para el sistema. Estudios demuestran que la innovación farmacéutica y diagnóstica es un aliado que contribuye a la sostenibilidad de los sistemas de salud, a la mejora del estado de salud, y la calidad de vida de los colombianos. Es así como el impacto de la innovación no se limita únicamente a la disminución de años de vida perdidos, sino a los ahorros generados al sistema de salud por la reducción en el uso de procedimientos médicos, incapacidades y gasto en medicamentos.

En este sentido, se debe avanzar en la determinación del valor terapéutico que aportan las nuevas tecnologías a la salud de los ciudadanos y al sistema de salud. Esta evaluación no se debe circunscribir tan solo a criterios económicos como la costo – efectividad, sino que debe incorporar criterios valorados por pacientes, médicos, y evaluar entre otros, cómo mejora en la calidad de vida a través de evaluaciones multicriterio. Así mismo, debe promoverse un proceso de toma de decisiones frente al tema que sea transparente, participativo, consistente y legítimo, lo cual sin duda implica el fortalecimiento del IETS con la garantía de su independencia técnica.

Así mismo, se debe tener mayor trazabilidad sobre los recursos de la salud, desde la ADRES hasta el último eslabón de la cadena, que somos los proveedores. Para lo cual, se deben fortalecer los sistemas de información financiera y contable.

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