Diálogo abierto en salud mental en el marco de la pandemia: Ser cuidador no lo hace inmune a recibir atención y cuidado
- Para el médico psiquiatra, Rodrigo Córdoba, la salud mental no es la ausencia de enfermedad, sino que existe una visión específica, universal y selectiva, en donde se contemplan los trastornos mentales establecidos y diagnosticados, los factores de riesgo tales como el consumo de alcohol o sustancias psicoactivas y los determinantes sociales como la empatía, respectivamente.
Bogotá, septiembre 2021-. Después de la pandemia por Covid – 19 que ha generado una crisis sin precedentes en todos los escenarios, se ha reflejado una preocupación general por el impacto y la atención en salud mental, por lo que desde la iniciativa Mpodera, se ha abierto un espacio para escuchar experiencias específicas del personal de enfermería para comprender cómo la salud mental hace parte del ambiente en el que se desarrolla su trabajo y promover también la prevención y atención de la salud mental en nuestro país.
Para Gilma Rico, presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia – ANEC, los trabajadores de la salud han tenido que enfrentar un gran reto en cuanto a su estabilidad emocional, pues además de tener que atravesar por un mayor número de horas de trabajo generado por el desbordamiento de la demanda asistencial, el hecho de exponerse a diario a la posibilidad de que no cuentan con el equipamiento suficiente, al desconsuelo de amigos y familiares ante la grave enfermedad o ante la muerte y los dilemas éticos y morales en la toma de decisiones complejas, han generado un llamado de alerta en esta área con el fin de mantener la salud mental de quienes cuidan a otros.
Por su parte, Carlota Castro, miembro de la Junta Directiva Nacional de ANEC, advierte que, aunque la exposición de los profesionales de la salud a enfermedades de este tipo es innegable, aspectos laborales como la modalidad de contratación o el retraso en los pagos que históricamente han afectado a los trabajadores de este sector y específicamente a las mujeres, influyen directamente, aún más en época de pandemia y aumentan los riesgos de padecer una enfermedad de este tipo.
“Necesitamos que las instituciones de salud se empoderen de la protección del recurso del talento humano, no solamente de las enfermeras sino también de todo el personal de la salud. Saber que tenemos condiciones laborales mucho más dignas, seguras y establecidas, será un factor protector”, agrega Castro.
Ante este escenario, Gilma Rico indicó que, si bien no se desconoce que el costo de mantener una planta de personal es alto, cabe destacar que según un estudio de The Lancet, se pierden 12 mil millones de días hábiles debido a enfermedades mentales. Así mismo, según el mismo reporte, en los próximos años esto le costará a la economía global $16 billones de dólares en pérdida de rendimiento económico, más que el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias combinadas, por lo que “si esto es a nivel global, en Colombia tenemos un problema supremamente serio que atender”, señala la directiva.
El papel de la mujer, foco del cuidado en salud mental
Uno de los sectores que más deben reconocer el rol de la mujer es el de la salud, pues como plantea Carlota Castro, las características propias de este grupo poblacional juegan un papel fundamental en el desarrollo de las actividades propias de su profesión, en donde, en su mayoría son mujeres cabezas de hogar que tienen bajo su responsabilidad el cuidado no solamente de la familia nuclear sino también de la familia extensa.
“Nuestro papel de líder dentro de la estructura familiar puede impactar nuestro bienestar y hacernos más vulnerables a enfermedades de este tipo, el hecho de que nosotras también dentro del entorno laboral desempeñamos unos roles importantes por ese liderazgo en los equipos de salud puede incrementar aquellos factores que afectan la salud mental”, dice Castro.
Finalmente, necesitamos ser conscientes de cuidarnos porque en la medida que yo me cuide cuido al otro y eso es un compromiso que como colectivo debemos tener y es algo que debemos de fortalecer nosotros a lo largo de todos los escenarios para poder que la gente se empodere de su propio cuidado y del cuidado del otro porque es de la única manera que podemos manejar esta situación.
La academia como eje de transformación
Para los ponentes existe una ausencia significativa de modelos de formación y atención en salud mental dentro de las instituciones educativas, por lo que aseguran que desde la academia se deben gestar nuevas ideas y programas que articulen y beneficien el desarrollo de proyectos enfocados a brindar atención a la salud mental de los estudiantes, con el fin de ir creando una necesidad y una cultura de prevención en los futuros profesionales.
Así mismo, frente a este tema, señalaron la importancia de que dentro de los planes de las Administradoras de Riesgos Laborales se preste una mayor atención a los riesgos psicosociales del entorno laboral, pues según todos los panelistas, es uno de los campos en los que menos se está interviniendo y el cual puede presentar mayores impactos en el desarrollo de las funciones.
Finalmente, Rodrigo Córdoba, médico psiquiatra, hizo un especial énfasis en que hablar de salud mental es hablar en primera persona, pues no es algo que les da a los otros y a mí no. “Todos hemos tenido algún síntoma en este proceso. Si esto se hace consistente, duradero y disfuncional sin lugar a duda hay que buscar ayuda.” Ante esto, el especialista indica que, si ha presentado cambios emocionales repentinos, si no duerme bien o está teniendo muchas dificultades en el funcionamiento cotidiano, es importante consultar a su médico. “No somos superhéroes, somos seres humanos”.
“No olvidemos que también necesitamos ser escuchados, compartir nuestros sentires y saber que somos sujetos de atención, porque el hecho de que seamos cuidadores no nos hace inmunes a las afectaciones que ha dejado la pandemia. Es hora de que pensemos en la necesidad de también ser atendidos”, concluye Carlota.